El País Semanal publicava el dia 13 de novembre un extens reportatge —Matemáticos. Cinco cabezas prodigiosas—, signat per Luis M. Ariza, que ens acosta a la feina de 5 joves matemàtics de l’Estat espanyol, tots ells dedicats a la recerca i/o la docència i amb carreres brillants.
Carlos Beltrán, Álvaro Pelayo, María Pe Pereira, Eulàlia Nualart i Pablo Mira expliquen en quins camps se centren i relaten la seva experiència. En la conversa apareix una constant: la dificultat amb què es troben per desenvolupar la seva feina a l’Estat espanyol i la dicotomia entre quedar-se o marxar fora, on se’ls dóna la possibilitat de continuar la seva carrera i la seva recerca en condicions dignes.
Nualart trabaja en los suburbios de París, donde bandas de jóvenes han quemado coches. Muchos de ellos son inmigrantes, dice, “que no se han adaptado al sistema”; pero a renglón seguido matiza: “Tengo otros colegas de Túnez y Marruecos que están integradísimos”. Nualart comprende las reivindicaciones de los indignados españoles y su derecho a manifestarse. “En Francia subieron la jubilación de 60 a 62 años y estuvieron en huelga meses. Allí se queja todo el mundo. Tenemos huelgas una vez al mes. Y su sistema social es mucho mejor que el español”. En medio de esos contrastes subsiste la irritación por lo que sucede aquí cuando un joven acaba la carrera, hace una tesis y no hay plazas. “Te encuentras a los 30 años cobrando una miseria por haber querido hacer una tesis, una investigación. He intentado volver, pero no hay plazas. En España no se valora el mérito científico. No dan suficiente dinero para investigación. En Francia se abre un número enorme de plazas cada año para profesores de universidad. Aquí es con cuentagotas”.
Una altre element recurrent és el de la crisi, per les repercussions que té en les migrades inversions en recerca i per la possibilitat o no d’anticipar-la des de l’àrea de la probabilitat:
El campo de las probabilidades abarca, por supuesto, a las finanzas. Y visto el caos en el que estamos sumergidos, la pregunta es casi obligada: ¿se podía anticipar esta crisis? “Yo creo que era predecible. Era obvio”. Y explica. “La probabilidad de un colapso aumenta al trabajar con muchas variables. Los modelos financieros tienen un margen de error, el cual termina siendo muy grande. Parece que hay un abismo entre lo que dicta el juicio matemático y la realidad financiera. Las necesidades de un mundo real a veces están lejos de lo que un matemático puede hacer. La avaricia es una cosa que las matemáticas no pueden controlar”.
- Matemáticos. Cinco cabezas prodigiosas. (El País, 13/11/2011)